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El Covid-19 y la caída del petróleo podrían salvar el planeta

Imagen: Petrolera | wasi1371, Pixabay


La pandemia de COVID-19 tiene en jaque al mundo globalizado. No solo amenaza la vida de miles de personas. También ha debilitado el sistema económico paralizando nuestra forma de vida. A causa de las medidas de confinamiento en todo el mundo, la caída de la demanda de petróleo lleva al crudo a mínimos no vistos desde hace 18 años. Se espera que los principales productores de petróleo del mundo recorten la producción para frenar la caída en lo que queda de año, mientras aguardan una mayor claridad sobre el impacto económico del brote de COVID-19. Los cambios positivos que este virus está teniendo sobre el medio ambiente se usaran como ‘excusa’ para alejarse de los combustibles fósiles hacia un futuro bajo en carbono.

La crisis del Covid-19 derriba el precio del crudo

El descenso de la demanda de petróleo provocada por la pandemia unido con una guerra de precios ha dejado a la industria de combustibles fósiles en quiebra. Algunos analistas aseguran que ahora afrontarán el reto más grave de la historia, que, sin duda alterará la industria por completo.

El precio del barril de crudo ha caído un 15% desde que se dio a conocer el virus en la ciudad china de Wuhan y un 20% si se tiene en cuenta el máximo marcado en las bolsas mundiales a principios de año. La pérdida podría hacer que el precio del barril caiga 2,9 dólares, según lo que pronostican varias entidades financieras.  Desde principio de esta semana hasta hoy, el índice de referencia europeo -el barril de Brent- cayó desde los 65,95 dólares a 61,41 dólares.

El precio del petróleo es ahora tan bajo que se está volviendo poco rentable para la mayoría de las empresas petroleras. Según los analistas, no podrán mantenerse activas. Los productores de crudo con mayores costes no tendrán más remedio que cerrar la producción. Teniendo en cuenta que la capacidad de almacenamiento está casi llena.

Cómo afectará en la economía mundial

Es apreciable el efecto que el virus puede tener sobre los viajes aéreos y por carretera. Esto influirá sin duda, en el consumo de combustibles. Partiendo de que hay tener en cuenta que la economía también entra en el mercado petrolero. Bank of America publicaba hace unos días un informe en el que aminoraba sus expectativas sobre el crudo. Esperan que sea la mayor bajada de consumo global de petróleo jamás registrada.

La entidad financiera americana considera que habrá una caída de 12 millones de barriles por día en el segundo trimestre de 2020. Que se interpretará anualmente como una caída de 4,5 millones de barriles diarios.

Por otro lado, el grupo de banca de inversión y de valores más grande del mundo, Goldman Sachs, añade que comparando otros brotes de pandemia y ajustando la demanda de petróleo de China, los mercados mundiales podrían observar una caída de casi 300.000 barriles de petróleo al día. De ellos, 170.000 procedentes del combustible de los aviones.

La cuestión, en este caso, no es si el virus deteriorará la demanda de petróleo. Lo importante es, cuánto deprimirá demanda de petróleo. En cualquier caso, cuando la economía mundial pueda arrancar de nuevo tras la pandemia, el precio del petróleo se multiplicará debido a que habrá desaparecido mucha oferta. Perjudicando a la economía y ralentizando su recuperación.

Qué impacto tendrá sobre el planeta

Un punto importante de esta escena es: si esto afectará favorablemente el curso de la crisis climática. Los expertos piensan que la demanda de petróleo y gas no alcanzará nunca su punto alto. Esto conllevará que la atmósfera se vaya recuperando gradualmente.

Las negociaciones anuales conocidas como COP, tendrán en cuenta los cambios en el clima post-virus. Que se usarán como ‘excusa’ para alejarse de los combustibles fósiles hacia un futuro bajo en carbono. El director ejecutivo de la Comisión de Cambio Climático, Chris Stark, afirma que las emisiones de CO2 globales bajarán este año.

Los gobiernos están inyectando miles de millones de dólares en intervenciones estatales que se centran en impulsar la energía renovable, la investigación de tecnologías limpias y otras estrategias de reducción de CO2.  Los líderes de la Unión Europea han prometido alinear sus medidas de emergencia climática con el programa Green Deal -el Pacto verde Europeo-. El director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía, Fatih Birol, ha asegurado que existe una » oportunidad histórica » para invertir en tecnologías energéticas que reducen las emisiones de gases de efecto invernadero.

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